Dos economistas coincidieron al afirmar que el 2020 ha sido un año difícil para la economía dominicana, pero que a diferencia del promedio de las naciones de América Latina, la diversificación ha permitido una buena recuperación de importantes sectores con la excepción del turismo.
Henri Hebrard y Antonio Ciriaco, entrevistados en el programa televisivo “Propuesta de la noche”, que se difunde por Digital 15, señalaron que a pesar de que el turismo tiene una alta incidencia en el Producto Interno Bruto del país, otros productos como el oro, la manufactura y la agropecuaria han compensado la caída del crecimiento económico.
Para Ciriaco, exdirector de la Escuela de Economía de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), “el 2020 es un año económicamente perdido” en el que la Mipymes han sido altamente afectadas, el turismo muy afectado, lo que a su vez se extiende a la agropecuaria, que le vende al turismo cerca del 30 por ciento de su producción.
Dijo que con la llegada de la pandemia la economía cayó a su punto más bajo, lo que obligó al gobierno a crear una serie de programas de compensación, como FASE 1 y FASE 2, como un mecanismo contra cíclico para compensar el desempleo pues las empresas no disponían de otra forma para mantener a sus trabajadores como asalariados.
Agregó Ciriaco que a la par de que el Estado estaba destinando importantes cantidades de recursos para mantener esos programas, estaba la realidad de que los ingresos se desplomaron
Recordó que originalmente el gobierno previó recaudar 750,000 millones de pesos para ejecutar en el Presupuesto, pero cuando aprobó el presupuesto complementario lo redujo a 610,000 millones.
“Este año el país y el mundo van a tener un crecimiento negativo”, expresó Ciriaco, quien agregó que esa es la realidad en general, aunque hay sectores del comercio a los que les ha ido bien, como la venta de insumos médicos y supermercados.
Otro sector que se ha favorecido en las actuales circunstancias es el minero, principalmente la extracción de oro, que inicialmente se proyectaron recaudaciones sobre la base de un precio de 1,300 dólares la onza y llegó a cotizarse por encima de los 2,000 dólares la onza, lo que le permitió al gobierno llegar a un acuerdo junto con la banca para ayudar a financiar el presupuesto de 2021 con anticipos de impuestos.
De su lado, Hebrard destacó que a pesar de la crisis global, las remesas crecieron y finalizan en 8,000 millones por la solidaridad de los dominicanos y los programas federales de ayuda en Estados Unidos.
Dijo que los meses de enero y febrero fueron de crecimiento de la economía, pero entre marzo y abril, con el impacto de la pandemia del coronavirus, la caída fue de 30 por ciento, un caso espectacular.
Hebrard expresó que con la reapertura de la economía en junio se reactivaron importantes sectores, especialmente el de zonas francas, que en septiembre y octubre tuvieron el mejor desempeño en toda la historia de las zonas francas.
El turismo reaccionó pero no ha logrado despegar completamente por las políticas restrictivas de algunos países, entre los que mencionó a Canadá.
Sostuvo que mientras el turismo no se recupere, la economía dominicana va a estar afectada porque el sector representa un millón de empleos directos e indirectos y cerca del 20 por ciento del PIB se moviliza por el turismo.
El efecto amortiguador
El ciclo alto de crecimiento de la economía dominicana fue un amortiguador para la caída por la pandemia, según Ciriaco, por lo que va a tener una recuperación más rápida tomando en cuenta que “es una economía flexible, diversa, por lo que cuando hay choques se amortiguan y puede salir más rápido”.
A pesar de la estabilidad en los indicadores, había déficit de las finanzas públicas desde el año 2008, pero el crecimiento de la economía no se constituía en un problema.
Hebrard coincidió con Ciriaco al afirmar que el grado de diversificación de la economía es un punto fuerte y eso le permite mantener la calificación crediticia en los mercados financieros internacionales.
Citó el caso del cemento, que de importador neto, el país pasó a ser un exportador de ese producto.
En cambio, Hebrard dijo que los demás países del caribe solo tienen turismo y nada más, por lo que con la caída del sector están mucho más afectados que República Dominicana donde hay una manufactura y una agropecuaria en producción.
Apuntó que pese a la pandemia, en el país se celebraron las elecciones y el traspaso de mando se hizo sin problemas, lo que a su vez genera confianza en los sectores económicos.
Citó que la confirmación de Héctor Valdez Albizu como gobernador del Banco Central hizo desaparecer los conatos de aumento de la tasa cambiaria y que en cambio, “desde el mes pasado el dólar ha estado bajando en República Dominicana”.
“Tendremos un cierre de año mejor de lo que esperábamos, salvo el turismo”, sostuvo Hebrard, quien auguró que posteriormente ese sector clave también se recuperará como lo muestra el hecho de que continúan las inversiones en hoteles.
Tanto Hebrard como Ciriaco consideraron que el cierre de año arrojará un crecimiento económico negativo que podría llegar a ser de menos 5 a 7 por ciento, lo que a su juicio “no es malo porque va a quedar mucho mejor que el promedio de América Latina”.